VERS. 1-3: Después de estas cosas oí una gran voz de gran compañía en el cielo, que decía: Aleluya: Salvación y honra y gloria y potencia al Señor Dios nuestro. Porque sus juicios son verdaderos y justos; porque él ha juzgado a la grande ramera, que ha corrompido la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella. Y otra vez dijeron: Aleluya. Y su humo subió para siempre jamás.
EL APOSTOL continúa considerando el tema de Apocalipsis 18 e introduce aquí el canto de triunfo, que, acompañándose con sus arpas, cantan los redimidos cuando contemplan la destrucción completa del sistema de la gran Babilonia, que se opuso a Dios y su culto verdadero. Esta destrucción se produce y este himno se canta en relación con la segunda venida de Cristo cuando comienzan los mil años.
Para siempre jamás.--Una sola pregunta puede surgir acerca de este pasaje: ¿Cómo puede decirse que su humo subió para siempre jamás? ¿No implica este lenguaje cierta idea de sufrimientos eternos? Recuérdese que esta expresión proviene del Antiguo Testamento, y para comprenderla correctamente debemos regresar al lugar dónde se introduce por primera vez, y considerar el significado que tiene allí. En Isaías 34 se hallarán las frases de las cuales, con toda probabilidad, se han sacado estas expresiones. Bajo la figura de un castigo infligido a Edom, o sea la tierra de Idumea, se presenta cierta destrucción. Se dice acerca de ese país que sus arroyos serán transformados en pez, su polvo en azufre, y que llegará a ser pez ardiente, que no se apagará ni de día ni de noche, sino que su humo subirá para siempre jamás. Todos deben reconocer que estas palabras se aplican a una de dos cosas. O se trata del país particular llamado Idumea, o de toda la tierra bajo ese nombre. En cualquier caso, es evidente que esta frase "para siempre jamás," debe ser limitada en su aplicación. Probablemente se quiere hablar de toda la tierra, por el hecho de
que el capítulo se inicia con palabras dirigidas a la tierra y "lo que la hinche, el mundo y todo lo que él produce. Porque Jehová está airado sobre todas las gentes."
Sea que esto se refiera a la despoblación y desolación de la tierra cuando se produzca el segundo advenimiento, o a los fuegos purificadores que la limpiarán de los efectos de la maldición al fin de los mil años, la expresión debe ser limitada; porque después de esto ha de surgir una tierra renovada, para que sirva de morada de los salvos durante toda la eternidad. En la Biblia se habla tres veces de un humo que sube para siempre jamás: una vez en Isaías 34, donde se menciona la tierra de Idumea como figura de la tierra; en Apocalipsis 14 (véase) con respecto a los adoradores de la bestia y su imagen; y nuevamente en el capítulo que estamos considerando, con respecto a la destrucción de la gran Babilonia. Cada vez la expresión se aplica al mismo tiempo, y describe las mismas escenas, a saber, la destrucción que cae sobre esta tierra, los adoradores de la bestia, y toda la pompa de la gran Babilonia, cuando se produce el segundo advenimiento de nuestro Señor y Salvador.
VERS. 4-8: Y los veinticuatro ancianos y los cuatro animales se postraron en tierra, y adoraron a Dios que estaba sentado sobre el trono, diciendo: Amén: Aleluya. Y salió una voz del trono, que decía: Load a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes. Y oí como la voz de una grande compañía, y como el ruido de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: Aleluya: porque reinó el Señor nuestro Dios Todopoderoso. Gócemenos y alegrémonos y démosle gloria; porque son venidas las bodas del Cordero, y su esposa se ha aparejado. Y le fué dado que se vista de lino fino, limpio y brillante: porque el lino fino son las justificaciones de los santos.
Un canto de triunfo.--"Reinó el Señor nuestro Dios Todopoderoso," dice este himno. Reina actualmente, y siempre reinó en realidad, aun cuando no siempre se ejecutó con presteza la sentencia contra una obra mala. Ahora reina por la abierta manifestación de su poder al subyugar a todos sus enemigos.
"Gocémonos; . . . porque son venidas las bodas del Cordero, y su esposa se ha aparejado." ¿Quién es la "esposa, mujer del
Cordero," y qué es la boda? La esposa del Cordero es la nueva Jerusalén celestial. Esto se notará más ampliamente en Apocalipsis 21. Las bodas del Cordero significan su recepción de esa ciudad. Cuando recibe esta ciudad, la recibe como la gloria y metrópoli de su reino. Por esto con ella recibe su reino, y el trono de David su padre. Bien puede ser éste el acontecimiento designado como las bodas del Cordero.
Se reconoce que la relación matrimonial se emplea con frecuencia para ilustrar la unión que reina entre Cristo y su pueblo, pero las bodas del Cordero que se mencionan aquí constituyen un acontecimiento definido que ha de suceder en un momento definido. Si la declaración de que Cristo es la cabeza de la iglesia como el esposo es la cabeza de la mujer (Efesios 5:23), prueba que la iglesia es ahora la esposa del Cordero, entonces las bodas del Cordero sucedieron hace mucho. Pero esto no puede ser, según este pasaje, que las sitúa en el futuro. Pablo dijo a sus conversos corintios que los había desposado a un esposo, a saber Cristo. Esto es verdad con respecto a todos los conversos. Pero aunque esta figura se usa para denotar la relación que habían asumido entonces para con Cristo, ¿puede afirmarse que las bodas del Cordero se realizaron en Corinto en el tiempo de Pablo, o que se han estado realizando durante los últimos 1.900 años? Posterguemos cualesquiera otras consideraciones al respecto para cuando estudiemos Apocalipsis 21.
Pero si la ciudad es la esposa, se puede preguntar: ¿Cómo puede decirse que se preparó? Contestamos: Por la figura de la personificación, que atribuye vida y acción a los objetos inanimados. (Véase un ejemplo notable en el Salmo 114.) Igualmente, puede preguntarse acerca del vers. 8: ¿Cómo puede una ciudad vestirse con la justicia de los santos? Pero si consideramos que una ciudad sin habitantes no sería sino un lugar muerto, vemos en seguida cómo puede ser aquello. La declaración alude al número incontable de sus habitantes glorificados en sus atavíos resplandecientes. A ella fué concedida la vestidura. ¿Qué le fué concedido? Los pasajes de Isaías 54 y Gálatas 4:21-31 lo explicarán. A la ciudad del nuevo pacto fueron concedidos muchos
más hijos que a la del antiguo pacto. Ellos eran su gloria y regocijo. El hermoso atavío de esta ciudad, consiste, por así decirlo, en las huestes de los redimidos e inmortales que andan por sus calles de oro.
VERS. 9, 10: Y él me dice: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena del Cordero. Y me dijo: Estas palabras de Dios son verdaderas. Y yo me eché a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira que no lo hagas: yo soy siervo contigo y con tus hermanos que tienen el testimonio de Jesús: adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.
La cena de bodas.--En el Nuevo Testamento se alude muchas veces a esta cena de bodas. Se la menciona en la parábola de las bodas del hijo del rey (Mateo 22:1-14), y nuevamente en Lucas 14:16-24. Es el tiempo en que comeremos pan en el reino de Dios cuando recibamos la recompensa de la resurrección de los justos. (Lucas 14:12-15.) Es el tiempo cuando beberemos del fruto de la vid, con nuestro Redentor en su reino celestial. (Mateo 26:29;
Marcos 14:25; Lucas 22:18.) Es el tiempo cuando nos sentaremos a la mesa en el reino (Lucas 22:30), y él se ceñirá para servirnos (Lucas 12:37). Bienaventurados serán de veras los que tengan el privilegio de participar de este glorioso festín.
El consiervo de Juan.--Permítasenos una palabra acerca del vers. 10, con referencia a los que piensan hallar allí un argumento en favor del estado consciente en la muerte. El error que cometen las tales personas acerca de este pasaje consiste en suponer que el ángel declara a Juan que es uno de los antiguos profetas que vino a darle una comunicación. La persona empleada para dar la revelación a Juan es llamada ángel, y los ángeles no son espíritus desencarnados de los muertos. Cualquiera que opina que lo son, pertenece en realidad a las filas espiritistas, porque esta creencia es la piedra fundamental de su teoría. Pero el ángel no dice tal cosa. Dice simplemente que es el consiervo de Juan como había sido consiervo de sus hermanos los profetas. La expresión "consiervo" implica que eran todos iguales como siervos del gran Dios; de ahí que Juan no debía adorarlo. Al llamar a los profetas "tus hermanos" quiere decir que todos
pertenecen a la misma clase en el servicio de Dios. (Véase el comentario sobre Apocalipsis 1:1, titulado "Su Angel.")
VERS. 11-21: Y vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que estaba sentado sobre él, era llamado Fiel y Verdadero, el cual con justicia juzga y pelea. Y sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno entendía sino él mismo. Y estaba vestido de una ropa teñida en sangre: y su nombre es llamado EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos que están en el cielo le seguían en caballos blancos, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio. Y de su boca sale una espada aguda, para herir con ella las gentes: y él los regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor, y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. Y vi un ángel que estaba en el sol, y clamó con gran voz, diciendo a todas las aves que volaban por medio del cielo: Venid, y congregaos a la cena del gran Dios, para que comáis carnes de reyes, y de capitanes, y carnes de fuertes, y carnes de caballos, y de los que están sentados sobre ellos; y carnes de todos, libres y siervos, de pequeños y de grandes. Y vi la bestia, y los reyes de la tierra y sus ejércitos, congregados para hacer guerra contra el que estaba sentado sobre el caballo, y contra su ejército. Y la bestia fué presa, y con ella el falso profeta que había hecho las señales delante de ella, con las cuales había engañado a los que tomaron la señal de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego ardiendo en azufre. Y los otros fueron muertos con la espada que salía de la boca del que estaba sentado sobre el caballo, y todas las aves fueron hartas de las carnes de ellos.
La segunda venida de Cristo.--Con el vers. 11 se introduce una nueva escena. Se nos hace regresar a la segunda venida de Cristo, esta vez bajo el símbolo de un guerrero que sale a la batalla. ¿Por qué se le representa así? Porque sale a la guerra, a enfrentarse con "los reyes de la tierra y sus ejércitos," y ésta es la única caracterización bajo la cual conviene representarle en una misión tal. Su vestidura ha sido teñida en sangre. (Véase una descripción de la misma escena en Isaías 63:1-4.) Los ejércitos del cielo, los ángeles de Dios, le siguen. El vers. 15 demuestra como rige las naciones con vara de hierro cuando le son dadas como heredad, según se relata en el Salmo 2, que la teología
popular interpreta como significando la conversión del mundo.
Pero ¿no resultaría ser muy singular como descripción de la obra de gracia sobre los corazones de los paganos para convertirlos, una expresión como esta: "Pisa el lagar del vino del furor, y de la ira del Dios Todopoderoso"? La grande manifestación final del "lagar de la ira de Dios" y también "del lago de fuego" ocurre al fin de los mil años, según se describe en Apocalipsis 20; y a ella parecería aplicarse la descripción completa y formal de Apocalipsis 14:18-20. Pero la destrucción de los impíos que vivan cuando venga Cristo por segunda vez, al comienzo de los mil años, proporciona en menor escala una escena similar en ambos respectos a lo que sucede cuando termina ese período. De ahí que los versículos que consideramos mencionan tanto el lagar de la ira como el lago de fuego.
Al llegar a ese momento Cristo terminó su obra de mediación, y depuso sus vestiduras sacerdotales para ponerse el atavío regio; porque tiene sobre su vestidura y sobre el muslo un nombre escrito: Rey de reyes y Señor de señores. Esto está en armonía con el carácter con que se presenta, porque era costumbre de los guerreros antiguos llevar alguna clase de título inscrito en su vestidura. (Vers. 16.)
¿Qué se debe entender por el ángel que estaba en el sol ? En Apocalipsis 16:17 leemos que la séptima copa fué derramada en el aire, de lo cual se desprende que, como el aire envuelve toda la tierra, esa plaga sería universal. ¿No puede aplicarse aquí el mismo principio de interpretación, y admitirse que el ángel que estaba en el sol y lanzaba desde allí su invitación a las aves del cielo para que viniesen a la cena del gran Dios, denota que esta proclamación llegará hasta donde caen los rayos del sol sobre esta tierra? Las aves obedecerán a la invitación, y se hartarán con la carne de los caballos, reyes, capitanes y hombres fuertes. Así, mientras los santos están participando de la cena de bodas del Cordero, los impíos proporcionan con su propia persona una gran cena para las aves de los cielos.
La bestia y el falso profeta son tomados. El falso profeta es el que realiza prodigios delante de la bestia y es idéntico a la bestia
de dos cuernos de Apocalipsis 13, a la cual se atribuye la misma obra y con el mismo propósito. El hecho de que son arrojados vivos al lago de fuego, demuestra que estas potencias no desaparecerán para que otras les sucedan, sino que existirán cuando se produzca el segundo advenimiento de Cristo.
Hace mucho que el papado está en el campo de acción, y ha llegado a las escenas finales de su carrera. Su derrocamiento ha sido predicho enfáticamente en otras profecías además de la que consideramos, notablemente en Daniel 7:11, donde el profeta dice que miró hasta que la bestia fué muerta, y su cuerpo destruído y entregado a las llamas de fuego. Esta potencia ya ha llegado muy cerca del final de su existencia. Pero no perece hasta que Cristo aparece, porque entonces es arrojada viva en el lago de fuego.
A la otra potencia asociada con él, la bestia de dos cuernos, la vemos acercarse rápidamente a la culminación de la obra que ha de hacer antes de ser también echada viva en el lago de fuego. ¡Cuán impresionante es el pensamiento de que tenemos ante nuestros ojos dos de los grandes instrumentos proféticos, que, por todas las evidencias que tenemos, se acercan al fin de su historia, y que sin embargo no han de dejar de actuar hasta que el Señor aparezca en toda su gloria.
Del vers. 21 se desprende que queda un residuo que no es contado con la bestia ni el falso profeta. Este residuo es muerto por la espada de aquel que está sentado en el caballo, cuya espada procede de su boca. Esta espada es indudablemente lo que en otra parte se llama "el espíritu de su boca" y "el espíritu [resuello, V.M.] de sus labios," con que el Señor matará a los impíos cuando venga a recibir su reino. (Véase 2 Tesalonicenses 2:8; Isaías 11:4.)
Las Profecías de Daniel y Del Apocalipsis (Tomo I y Tomo II) by Urías Smith (Copyright 1949; Edición Revisada 1977, 1979) was originally published by the Pacific Press Publishing Association, 1350 N. Kings Road, Nampa, Idaho 83687 USA, a wholly owned and operated Seventh-day Adventist publishing house. The electronic text for Las Profecías de Daniel y Del Apocalipsis by Urías Smith was not supplied by the Pacific Press Publishing Association. However, their permission was requested and secured to freely distribute it.
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